17 ago 2008

Disculpas del grande que se hizo pequeño

En la inmensa frialdad de un cuerpo se encuentra en uno de los mas recónditos de los lugares: la soberbia (entre calle ego y avaricia). Inmunda criatura que habita y deshace tanto a las tiernas y disfrutables amistades como a las próximas (de cualquier tipo).
El día en que ésta se hace pequeña es cuando uno disfruta, pero debe de existir el perdón; porque sin este la soberbia crece y llega a ser un solo ente entre los demás aparatos del cuerpo, y asi también un solo ente entre los demas cuerpos, mutilandonse finalmente a uno mismo por la misma soledad.
Por eso a todo aquel (y a alguien en especial) que haya sido víctima de mi soberbia y amargura por favor que me sepa disculpar y que, aunque es complicado, voy a tratar de achicarla para bien, sin asfixiarla, porque al fin y al cabo existe y como tal también hay que respetarla, pero no a lo narciso sino a lo conciente.